Ayer te vi y sonreías. Mostrabas todas tus perlas, algunas ya gastadas por el tiempo, algunas mal unidas. Estabas feliz, sabrá Dios por qué, simplemente lo estabas. Preguntabas, sonreías, jugueteabas.
Te aferrabas de la mano de mamá. Ella miraba nerviosa a todos lados, era difícil caminar contigo. Ella antes ya había llorado por ti. Ayer te vi y estabas con una camisa a cuadros, peinado raya al costado y un jean. Ayer te vi.
Te veo ahora y estas con la mirada pérdida, con esos ojitos tan verdes sin saber qué observar. Sin saber dónde detenerse. Estas más inquieto, mamá te sujeta más. Tú te sueltas y llevas tus manos a tus orejas. Te las tapas, no quieres escuchar el ruido mundano, vulgar y agresivo de la ciudad. Intentas huir de tu realidad, pero no podrás hacerlo porque mamá te grita y te sujeta más.
Ella quiere que las cosas cambien, quiere que tú vuelvas a nacer. Ella ya no quiere que seas especial.