sábado

No dejes de AMAR

Lucía llega a su casa. Está cansada, porque viene del colegio. Hoy aprendió a multiplicar. Deja su mochila encima del sofá y no escucha las reprimendas de mamá. Se olvida del mundo. Ahora solo le interesa algo. Ver a su perrito. Tilín, su cachorro. Uno muy inusual, que solo se queda dormido debajo del lavadero y que tiene un mancha en forma de corazón en una pata.

Tilín nació gracias al sacrificio de su Mostaza, su madre. Los veterinarios le advirtieron a Lucía que Mostaza solo daría a luz si se sacrificaba. Si daba la vida por su cría. Lucía volvió ese día llorando. Se encerró en su cuarto y no quiso ver a nadie, ni siquiera bajó a cenar. Luego de eso Mostaza nunca fue la misma. Cada vez que Lucía la veía, ella le respondía con una mirada de pena, como si cada día se acabara el mundo. Como si ya no existiese un mañana.

Tilín vino al mundo mientras Lucía estaba en el colegio. No pudo despedirse de Mostaza, ya llegó muy tarde. Se quedó viendo el pequeño bulto que contenía a Mostaza, y se paró ahí, como haciendo guardia, para que nadie le arrebatase a su querida mascota. Luego de eso Tilín se convirtió en el nuevo propósito de Lucía. Cada tarde lo sacaba a pasear y le daba de comer.

En uno de esos paseos, Lucía se percató de algo que nunca había visto antes. Muy cerca de su casa había un grupo de personas conglomerados cerca a una carpa. Lucía se acercó y para su sorpresa habían cinco perros. Todos ellos estaban metidos en algo que parecía una gran cuna. Tenían comida, agua y ropa. Estaban bien cuidados. Una señora la mira y dice: "¿No deseas adoptar un cachorro?" Lucía la mira sorprendida, y tiene ganas de volver a su casa, pero luego vuelve a mirar a los perros sin dueño, sin casa. "Solo tienes que llamar a tu mami, a ver si quiere, no te cobramos nada". ¿Quién regala perros así por así? Nadie. ¿Es que acaso esta señora está loca? Hay algo escrito en la gorra de la señora. Fundación A.M.A.R. Qué significa. 

Lucía ve que un niño saca un perro de la gran cuna y se lo lleva. Su papá habla con la señora de la gorra, firma unos papeles y luego se va. Lucía observa al niño, se va contento. Mese al perro en sus brazos, como si fuera un bebé. Lucía regresa a su casa con Tilín, busca a su mamá, y la encuentra en la cocina.

"¿Mamá podemos tener otro perro?" "¿Otro?" "Sí, mamá, te prometo que lo voy a cuidar muy bien, al igual que Tilín" "Pero Lucía no tengo dinero para comprar otro" "No, mamá. En el parque hay gente que regala perros" "¿En el parque Candamo?" "Sí ven, vamos"
Lucía deja a Tilín en la casa, sale con su madre y ve que aún sigue la carpa ahí. Muchos de los curiosos ya se han ido. Llegan a la carpa y Lucía deja que su mamá hable con la señora de la gorra. Otro niño más está viendo la gran cuna, le pregunta a un señor quiénes son y él le responde: "Somos de la Fundación A.M.A.R. y rescatamos perritos o gatitos que han sido abandonados o heridos, siempre estamos acá, en el parque Candamo, todos los sábados" Lucía voltea para ver a su madre, y ve a unos gatos dormilones tirados en su jaula. Se les ve tan vagos. 

La mamá de Lucía dice que escoja cualquier perro. Ella ve a uno muy parecido a Mostaza y lo saca de la gran cuna. Lo carga y este le muestra su cariño lamiendo la cara de Lucía. Ella está contenta. Tiene otro cachorro más. Ella nunca olvidará ese nombre. Fundación A.M.A.R.