Lima.
Siempre me
gustó vivir aquí, en Lima. Me gusta ver su cielo inexpresivo e indeciso. De
Lima me atraen sus mendigos cara sucia que piden dinero. Sus locos que andan desnudos
por las calles, y se mezclan con toda la basura tirada en la pista. De Lima me
gustan los vendedores ambulantes.
Me gusta
Lima con sus calles sucias y desgastadas, con su tráfico inagotable, y con sus
hoteles baratos. Me gusta Lima porque, de todas las ciudades que conozco, esta
es la más desordenada. Me gusta su caos pasivo, y su lluvia tímida.
Me gusta su
gente, y sus miradas cansadas de vivir en Lima. Adoro esta ciudad porque se
come bien, rico, y sobre todo barato. Me gustan sus noches porque son largas e
impredecibles, y porque está llena de vendedores y prostitutas feas y gordas.
Me gusta
Lima con su olor permanente a humedad y a pobreza. Con su música que siempre es
sinónimo de fiesta. Con sus colores chillones pegados en sus muros. Con su gente
apresurada por subir a autobuses en los cuales siempre hay sitio. Con sus
periódicos que prometen aumentar el vigor sexual.
Me gusta
Lima porque cada día veo más huelgas sin sentido que reclaman justicia. Con su
mestizaje, con su sabor, con su maldad huachafa, y su amabilidad desbordante.
Adoro esta ciudad y espero morir aquí. Te amo Lima.