viernes

Arruinado

Últimamente me derrumbo más fácilmente. Últimamente me cuesta levantarme más de lo debido. Me encierro más de lo acostumbrado y eso me jode. No sé dónde estoy. No sé en qué punto de mi vida he quedado. En los últimos días han ocurrido muchos cambios. He de confesar que he estado en piloto automático en ese tiempo. Levantarme, vestirme, trabajar, comer, dormir. Así ha sido. Ahora me siento un extraño en el lugar en el que se supone debo tomarlo como mi nueva casa.

No sé, en serio no lo sé. Me atemoriza pensar que ya llegué a mi punto máximo. Me da miedo si quiera pensar que este es el máximo nivel al que llegaré en mi vida. Aún no he logrado lo que quiero. Aún no he conseguido hacer la mitad de mi sueños realidad. Nada.

El año aún no acaba pero yo ya estoy seguro que este ha sido el año en el que he quedado arruinado. Al menos económicamente hablando. Este ha sido un año de cambios, de bajas y subidas. Un tiempo marcado por los contrastes. Ha sido un año lleno de no sé, de sentimientos encontrados. De querer lograr las cosas, pero también lleno de impotencia. Este ha sido un año en el que yo mismo he marcado mi camino. Un trayecto a la perdición.




365



Sé que a veces pido mucho y yo doy poco. Lo sé, y me jode. Me hace sentir mal y no sabes cuánto. Hace un ya año que estamos juntos. Han pasado ya 365 días desde ese primer café en el Jockey. Desde ese momento, desde ese día a las 7 de la noche han sucedido muchas cosas. Lloraste, reiste, te hice enojar, hasta te mantuve despierta durante algunas madugadas. Gracias por eso, en serio.

Eres una de las pocas mujeres que realmente me comprende. Me entiendes y me soportas. Sabes que soy jodido, pero aún así, mientras soy más jodido, creo que me amas más. Gracias por todo. Ya te lo dije antes, pero te lo vuelvo a decir. Eres la primera mujer con la que realmente he pensado en casarme.

Sabes que para mi el matrimonio es lo último en la lista. Hemos vivido muchas cosas en este año vertiginoso. Ahora vivimos juntos y hemos hecho de ese cuartito de 40 metros cuadrados, nuestro primer hogar. Nunca te he dicho esto pero, en serio, me gusta haber comenzado a vivir esta etapa contigo. No me hubiera imaginado a otra persona, de hecho, no creo que nadie más me soporte como tú lo haces. Gracias por todo, A.

Madrugada permanente

Desde hace 4 meses que mis mañanas son cada vez más pesadas. Desde hace 4 meses que mis noches son de día, y mis tardes son mi noche. Desde hace 120 días que soy, como dicen, un "lechucero". Desde hace 16 semanas que trabajo de madrugada, y saben que, es demasiado para mi. 

Al inicio es divertido, toda esa onda de: trabajo de noche y tengo todo el resto de la mañana y tarde para hacer lo que sea. Sí, así fue en los primeros 2 meses pero, luego de terminada la luna de miel, se ha vuelto demasiado pesado. Incluso para alguien que tiene 23 años.

En las últimas semanas me ha resultado difícil siquiera dormir. En los últimos días he hecho de todo para ir a trabajar. Escuchar música, tomar 2 cocacolas diarias, incluso llegue a tomar un red bull, con lo perjudicial que eso es para mi cuerpo. Bueno, en los últimos días lo único que me ha ayudado a levantarme para ir a trabajar es la música. Sí, la música y mis pensamientos de: huevón, tienes que ir a trabajar, celebra que tienes trabajo. Y saben qué, esa vocecita en mi cerebro tiene razón. 

Les cuento como han sido mis mañanas en todo ese tiempo:
Salir del canal cuando no hay nadie en la calle. Aunque sí, las únicas personas que están en la calle son pocas pero hay. Primero están las señoras regordetas y cucufatas que, enfundadas en ropa deportiva, tienen por hobby levantar la mierda que sus mini perros con ladridos chillones, dejan en toda la acera. Luego están los apresurados, que son aquellas personas recién bañadas y sin desayunar, que, a pesar de que han salido con 20 minutos de anticipación, siempre llegan tarde a sus trabajos. Y por último están los borrachos de la esquina de siempre. Sí, esos seres inofensivos y extraños. Siempre saludando a la pared, siempre intentando ser rudos. Así son mis mañanas últimamente. Y espero que terminen. Ya no quiero más trabajar de madrugada, al menos no por un tiempo.

Esto fue escrito luego de estar despierto por más de 18 horas.


domingo

Niño - Grande

Cuando uno es chico todo resulta más sencillo. Todo es más grande, más lejano. Todo es una selva por descubrir, un mundo inacabable. Pero, cuando uno crece, todo se vuelve pequeño. Todo es más rápido, más instantáneo y cercano. Quisiera volver a ser niño. Quisiera volver a estar en los brazos de mi mamá. Ver su sonrisa, sentir que me quiere. Ver a mi papá, saber que siempre estará ahí. Quisiera volver a ser un niño, porque así todo es más simple. Imagina. Solo es escuela. Comer. Jugar. Ver televisión todo el día. Wow. Es tan simple. En cambio mírame ahora. Es difícil crecer. Demasiado complicado. Cuando uno es grande todo es dinero, todo. Desde un pan hasta el agua. Nada es gratis. Si de pequeño alguien me hubiera dicho lo horrible que es crecer hubiera preferido no hacerlo. Es distinto. Uno incluso se siente solo. 
No me gusta. 

Es feo, saben. Tener que levantarse todos los días a trabajar. Cuando uno es niño, todo lo hacen por ti. Todo es distinto cada día, una nueva aventura a cada hora. Pero ahora, cuando uno es grande todo es lo mismo, todo es rutinario. Son solo esas pequeñas cosas las que te hacen sentir distinto. Esos momentos especiales, raros, sacados de otro planeta. Quisiera volver a ser niño porque fue la época más feliz en mi vida, pero saben que es lo más gracioso, no recuerdo nada de eso. Nada. No sé si solo me pasa a mi, pero me detesto por eso.

martes

Ana, la valiente

Hace meses que este post tiene nombre. Hace meses que quiero escribir, meses. Ese es el tiempo que tenemos, pero pareciera que te conozco de años.  Años, ese es el tiempo que quiero contigo. Tiempo, a veces nos falta eso para estar juntos.  Juntos, así somos mejor, así somos imparables. 

Así es Ana, la valiente. Una mujer que conocí y cambió mi vida por completo.  Ya te he dicho muchas veces cuanto te amo, pero sabes, no me canso de decirlo. Eres hermosa, más que eso, eres preciosa. No es necesario que te lo diga, porque tú lo sabes.  Me gusta tu sonrisa, tu ombliguito, tu cabello, ese colmillito bonito que siempre se asoma a ver qué pasa. Esas bromas bobas que haces me encantan, me hacen reir.

Gracias, en serio, gracias por elegirme. Te amo.