Tengo un amigo que lo es, pero no sé si lo merezca. Su actitud me disgusta mucho cuando se habla de temas gastronómicos, muestra, digamos, cierto desdén. De la cocina pasé a las pistas de baile. Me entusiasmé mucho por un tiempo con la danza.
"Quiero bailar papá, viajar por el mundo bailando". Claro, suena bonito, si tuvieras una familia de artistas y hippies. Pero la mía no es así. Mi familia está llena de: ingenieros, arquitectos, diseñadores y estadistas. Los pasos de baile que yo ensayaba no sirvieron de nada. Otra vez deje mi meta. Qué flojera.
Y derrepente, llegué a mi último año de secundaria. No era el mejor de la clase, era uno de los mejores. Las fusiones químicas me seducían. Me sabía la Tabla Periódica de los Elementos. Me los sabía. Y entonces me pregunté. ¿Pasar mi vida mezclando cosas?¿Creando cosas locas, y convirtiéndome en científico loco?, quizá eso era para mi.
La literatura es el arte de crear, creen mundos. Pueden crearse ustedes mismos. Mi profesor de Literatura, un maestro de las letras, es muy inteligente.
Ya me había enseñado antes, pero aún era incrédulo ante todo. A los 12, no es buena edad para la conciencia. Él con sus artes, con sus lecturas, con sus manías, locuras y rectitud. Me enseñarón, quizá, el camino que debía seguir.
Acabé. Vagué. Postulé. Ingresé. Ya era mi primer ciclo de Universidad y estaba nervioso por todo. Pero sabía qué seguir. Sabía que tenía que ir adelante. El periodismo se convertiría en mi vida. Comenzaba una nueva vida.
Y tú,¿Tienes un sueño que haz seguido, y no haz alcanzado? Escribe.