Últimamente me derrumbo más fácilmente. Últimamente me cuesta levantarme más de lo debido. Me encierro más de lo acostumbrado y eso me jode. No sé dónde estoy. No sé en qué punto de mi vida he quedado. En los últimos días han ocurrido muchos cambios. He de confesar que he estado en piloto automático en ese tiempo. Levantarme, vestirme, trabajar, comer, dormir. Así ha sido. Ahora me siento un extraño en el lugar en el que se supone debo tomarlo como mi nueva casa.
No sé, en serio no lo sé. Me atemoriza pensar que ya llegué a mi punto máximo. Me da miedo si quiera pensar que este es el máximo nivel al que llegaré en mi vida. Aún no he logrado lo que quiero. Aún no he conseguido hacer la mitad de mi sueños realidad. Nada.
El año aún no acaba pero yo ya estoy seguro que este ha sido el año en el que he quedado arruinado. Al menos económicamente hablando. Este ha sido un año de cambios, de bajas y subidas. Un tiempo marcado por los contrastes. Ha sido un año lleno de no sé, de sentimientos encontrados. De querer lograr las cosas, pero también lleno de impotencia. Este ha sido un año en el que yo mismo he marcado mi camino. Un trayecto a la perdición.
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