domingo

De la nada

Las cosas sin sentido suelen ser graciosas, porque comienzas de la nada y al final terminas con algo bueno, porque a veces una canción melancólica suele servir, porque las risas ajenas de incentiva. Porque ese ruido metálico que se va alejando me atosiga día y noche, a pesar de que yo tapo mis oídos, ese ruido siempre está presente, y cuando siento que se aleja vuelve con su impaciente sonar.

Vivo, por ahora, rodeado de cartones, cajas inservibles que intentan guardar y ocultar su contenido de ojos enemigos. De miradas de aquellos que no se merecen mi respeto. Sobrevivo cada tarde, porque mi vida normal acaba cuando el sol brilla, porque mi vida termina cuando atravieso esa puerta oxidada, cuando veo a ese tipo, y cuando él hipocritamente me saluda con la mirada.

Y yo veo a esas personas grises, que anhelaron toda su vida esto, algo que para ellos es un sueño, uno utopía que no va a acabar muy pronto.

Porque siempre atravieso ese pasadizo, y siento como todos observan mi caminar y sé que dentro de ellos se burlan de mi, y ellos tienen una carcajada cruel, que me enferma, que me enfurece. Que te marea.


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