martes

Nostalgia


Hace no mucho alguien me preguntó, ¿A ti te gusta recordar? Escribes mucho, y todo son recuerdos, son amores que tuviste, son sueños que pasaron, en conclusión, es ayer. Y lo sé. Quizá la respuesta que le di no fue la mejor. Quizá no pensé mucho en la respuesta, pero ahora, con más tiempo para sentarme a pensar, puedo responder.

Escribo de lo que pasó porque es lo que he sufrido, porque es lo que quiero contar. Porque es lo único que quiero sacar de mi mente, de mi cerebro. Escribo de mis amores porque me marcaron, porque fueron únicos, extrañamente únicos. Pocos, pero significativos. Escribo del recuerdo porque soy un hombre del ayer, soy un hombre de nostalgia reprimida, y es por eso que escribo del pasado. Porque me gusta desfogarme, renegar.

Escribo del ayer porque me gusta volverme a enamorar. Quizá, en muchas ocasiones, te parezca una persona aburrida, triste, incluso solitaria. Pero soy eso y mucho más. Si quieres conocerme solo comenta, solo escríbeme. No te reprimas. Y mira, ya estoy divagando otra vez. Soy joven, quizá los recuerdos que tenga no son muchos, pero los pocos que tengo los atesoro, los guardo, los recuerdo. Soy un hombre del ayer, porque el futuro es incierto. 

Comentarios en la Plaza

Invierno en Lima. Un sábado en la tarde.

"No seas huevón. O es que acaso quieres ser como cualquier cojudito que anda suelto por la calle. Tú debes ser mejor. Yo creo en ti, pero veo que tú no. Eres demasiado inseguro, y esa huevada siempre te va a joder. Ya acabaste la universidad, bien por ti, ahora es momento de hacer tu propio camino. Tú eres inteligente, yo lo sé. También veo que eres hábil, pero debes demostrarlo, no a mi, sino a los demás, al mundo. Si te gusta escribir, haz eso, pero ponle corazón, ponle ganas. Demuéstrales a tus padres que ellos se equivocan. No te quedes estancado. Ya no eres un niño, entiende eso, por un carajo. Ya no dependes de mamá y papá. Sal de tu casa y conoce la vida real que, siendo sinceros, es bien jodida. Solo te puedo decir una cosa más; siempre, y recuerda bien, siempre sé el mejor en lo que haces."


viernes

Lima, te amo


Lima.
Siempre me gustó vivir aquí, en Lima. Me gusta ver su cielo inexpresivo e indeciso. De Lima me atraen sus mendigos cara sucia que piden dinero. Sus locos que andan desnudos por las calles, y se mezclan con toda la basura tirada en la pista. De Lima me gustan los vendedores ambulantes.

Me gusta Lima con sus calles sucias y desgastadas, con su tráfico inagotable, y con sus hoteles baratos. Me gusta Lima porque, de todas las ciudades que conozco, esta es la más desordenada. Me gusta su caos pasivo, y su lluvia tímida.

Me gusta su gente, y sus miradas cansadas de vivir en Lima. Adoro esta ciudad porque se come bien, rico, y sobre todo barato. Me gustan sus noches porque son largas e impredecibles, y porque está llena de vendedores y prostitutas feas y gordas.

Me gusta Lima con su olor permanente a humedad y a pobreza. Con su música que siempre es sinónimo de fiesta. Con sus colores chillones pegados en sus muros. Con su gente apresurada por subir a autobuses en los cuales siempre hay sitio. Con sus periódicos que prometen aumentar el vigor sexual.

Me gusta Lima porque cada día veo más huelgas sin sentido que reclaman justicia. Con su mestizaje, con su sabor, con su maldad huachafa, y su amabilidad desbordante. Adoro esta ciudad y espero morir aquí. Te amo Lima. 


sábado

Ser y saber


Yo sé que me extrañas, y lo sé a pesar de que lo niegues todo el tiempo, lo sé a pesar de que te hagas lo orgullosa y le digas a tus amiguitos lameculos esos del canal, que ya no me quieres. Sé todo eso y más. Sé también que ya te haz follado a la fuerza al administrador con cara de pavo, y lo hiciste para demostrar que ya me habías olvidado.

Sé que tratas de cultivar una relación con un reportero sin talento, soso (y sonso), y además cochino. Sé también que él no te quiere, pero está contigo porque eres la única que se le acerca, a pesar de que las pulgas salten alegremente en su cabeza a la vista de todos.

Sé que ahora te haces la madura y aparentas frialdad. Lo sé porque un muchacho que trabajó contigo, dice que eres una histérica que grita por todo, que ahora lo que más te importa es la perfección. Antes eso era lo de menos, tú solo querías ser amada.

Sé que te hice daño, lo sé porque lo presiento. Lo sé porque me lo dijiste entre sollozos, y porque esa cachetada que me diste hasta ahora no la olvido. Sé que a veces puedo ser un canalla, pero, te digo algo, nadie elige quién ser. 

lunes

Mescolanza (II)

Tengo tantas cosas por hacer, tengo tantas metas por cumplir, tantos sueños por hacer realidad. Quiero ser escritor, quiero fotografiar al mundo, quiero solamente coger mi mochila y largarme de esta realidad tan áspera. Quiero ser feliz, y mejor aún, ser feliz contigo. Esa sonrisa tuya, esas fotos que veo todo el día y que a ti te parecen feas. Sales hermosa, y siempre lo serás.

Quiero ser periodista, quiero ser padre, un buen padre, y por qué no, quiero ser el amigo de mi hijo. Eso quiero, un hijo, una razón para vivir, quiero vivir para alguien, y saber que el pequeño James me esperará todos los días. Quiero ir con él de viaje, ir por el mundo, y enseñarle lo poco que sé.

La vida a veces es corta, y yo quiero estar aquí por mucho tiempo. Y ya lo decidí. Me iré, me iré muy lejos para que nadie me encuentre, y yo sé que nadie me buscará, nadie me extrañará, porque a veces soy así, solitario, tonto, idiota, testarudo, aburrido. Así es la vida: muy corta.

Madurar


Me extraña verte así. Me sorprende, e incluso me parece bueno. Te conocí de otra manera, eras tan tonta entonces, pero ahora dices que haz cambiado. Bueno, no lo sé. Ya hace mucho que te fuiste, y prometiste volver, pero creo que es mejor que te quedaras allá.

Ahora me hablas de madurar, de cambiar. Parece que haz llegado muy tarde a esa etapa. Yo hace tiempo que ya pasé por eso. Y no, no tomes esto como un ataque, porque no lo es. Creo que mejor sería llamarlo, una pataleta del niño que ya fui. Es inevitable hablar del pasado, porque, de alguna manera, nuestra historia siempre nos perseguirá, y lo sabes.

Dices que el amor verdadero es el que viene con el tiempo, en eso tienes razón. Yo ya lo encontré, y espero, de verdad espero, que tú lo hayas encontrado, en dónde sea que estés. Madurar es fácil, solo pon de tu parte y verás que podrás. Y sí, el amor es hermoso cuando lo encuentras.

domingo

Cuento nocturno (II) - Me iré


Y así es como ella terminó por irse. Regresé a casa y vi su foto. Lloré sobre ella. Tiré el cuadro y volví a llorar. Ahora, tras todo este tiempo, ella está más ausente que nunca. Entonces, al ver esa cama vacía, sé que todo acabo. Al ver que esas sábanas ya no cubrirán más tu cuerpo, empiezo a recordar. A mi mente vienen esos momentos que nunca me dijiste, y que yo, muy tonto e imaginativo, tuve que intuir.

La ciudad te dio la espalda mucho tiempo, pero tú no te rendiste. Por primera vez en tu vida querías algo, un lugar. La vista no era hermosa, y la zona estaba llena de rateros y prostitutas gordas, pero es lo único que tenías. Llegaste a acostumbrarte.

Toma, esto es para ti, pensé que te gustaría. Era de madera gastada, sin barnizar, y parecía sacada de un basurero, pero venía con tu foto, y solo por eso lo recibí. Estabas mirando hacia el lago, y tu cabello rubio no se distinguía por el blanco y negro de la imagen. Me lo tomó un estudiante, dice que le parecía linda. Y no solo eras hermosa, eras mucho más, eras especial.

No llevaste ninguna foto de tus padres. No querías recordarlos, y eso le extrañaba a Amanda, tu compañera de cuarto. Venía de España en intercambio estudiantil. Ella solía fumar marihuana todos los días, y es así como comenzó tu adicción. Dejaste que te consumiera lentamente. Y tras ser encontrada cerca a un río, descuidada, y confundida, juraste no volver a ver a Amanda. Esa era la segunda vez que querías algo, tu vida.

Quiero que apagues eso. Eso no sonó como una petición, sino como una orden. Apagué el cigarrillo que me disponía a fumar, y te abracé. Esta vez no me querías cerca. Mi hedor a humo te alejó. Te paraste de la banca, y te fuiste caminando. Siempre, y recuerda esto, siempre serás un enigma para mí.

Cuento nocturno - Sé feliz (I)

Su mirada me expresaba un vacío infinito. Ella, triste como solía ser, me cogió de la mano y me devolvió ese anillo que nos apresó por dos años. No me dijo nada, solo se quedó ahí, parada, inerte a todo. Yo perplejo ante todo eso le pregunté ¿Por qué, acaso no eres feliz?, y yo sé que no. Nunca. En todo este tiempo, ella jamás me había expresado su felicidad.

Nuestra relación se inició casi de manera mecánica. La conocí en una noche de invierno, dentro de una discoteca sin nombre de esa ciudad oscura. La vi sentada cerca de la barra, estaba sola, callada, triste y pérdida. Y a mi, estúpidamente, eso me pareció atractivo. Me fijé en ella porque me parecía interesante.

Solo me bastaron dos horas para comprender que ella era, literalmente, distinta a todas. Me contó, ignorándome por completo, que sus padres se habían divorciado hace ya mucho tiempo, cuando tuvo que decidir con quién irse, escogió al que menos atención le prestaba, su padre. Tiene un hermano gemelo que no ve muy a menudo, la última conversación que tuvieron, fue cuando él le llamó para invitarla a España para que vaya a su matrimonio con un filipino fogoso que conoció un verano.

¿Qué se supone que voy a hacer sin ti?  Ella fue a una banca, sacó de su cartera la primera foto que nos tomamos juntos, la rompió y dijo ¿Ser feliz quizá? Luego de eso se sacó los zapatos y se fue caminando como si nada hubiese pasado.

Tras salir juntos de ese antro lleno de penumbra, nos fuimos a mi casa. Ella, y esto me parece raro, jamás se resistió. Esa noche ella cumplía veinticinco años. Feliz cumpleaños. ¿Feliz?. Claro es una año más de vida. ¿Y entonces por eso debo festejar? Yo jamás quise venir. Esas estúpidas me arrastraron. Y por primera vez ella mostró un signo de humanidad. Sintió rabia por esas testarudas amigas que no saben el significado de un no.

¿Por qué caminas con los pies descalzos?. Porque solo así siento que soy libre, siento que nadie me puede controlar. Se fugó de la casa de su padre a los quince años porque ya estaba aburrida de estar ahí. Alistó sus maletas otra vez, cogió dinero de un cajón y se fue. Escribió una nota y la dejó en la puerta "No me esperes". Su papá jamás la buscó.
...

viernes

Busco ¿Amor?

Dicen, los suertudos en el amor, que a las mujeres no hay que quererlas, y mucho menos amarlas. Solo, dicen estos seres, que para ellas nosotros debemos ser sus más supremos dueños. Que ellas deben obedecer a todas nuestras órdenes. Pero para mi, que en estos campos soy más afortunado que un día lluvioso, las mujeres representan figuras perfectas e inalcanzables que desprecian (con mucha delicadeza) mis insulsos coqueteos.

Ellas, claro, no se dejarían afanar (siendo caballero diré, cortejar), por cualquiera. Ellas, en su mayoría, desean a alguien que las proteja. Alguien que sepa cuidarlas de algún malhechor, pero yo, claro, con mis "fuertes" brazos, quedo ante estos tipos como un tremendo pelotudo, como un huevas tristes.

Yo (y espero que halla quedado claro) ando buscando novia. Ando buscando alguna chica que quiera compartir algunos meses conmigo. Vamos no sean mezquinas. Solo pido un poco de amor recíproco. Y si esto de lanzar esta clase de pedido al ciberespacio te parece raro, entonces tómalo así. Tómalo como un grito desesperado de alguien que solo quiere un beso y un abrazo.