viernes

Sueños que no fueron

Siempre he pensado que no soy suficiente. O esperen, mejoremos eso. Siempre he pensado que puedo ser mejor, pero por alguna extraña razón (llamémosla extraña, aunque todos sabemos que es pereza) no puedo llegar a concretar nada. 

Y así ha sido desde que tengo uso de razón. No sé si sea falta de motivación. Falta de ganas, falta de empeño o qué exactamente. Vayamos por partes.

Sí es cierto que tengo mucha imaginación. Eso puede ser bueno y malo. Por un lado, nunca he dejado de soñar. Nunca he dejado de pensar que quizá mi momento llegará pronto. No hoy, no mañana, no el próximo mes. No hay un tiempo definido, solo sé que será pronto. Creo que es un plazo que yo mismo me pongo para no decepcionarme, para empujarme a seguir soñando. 

En mi mente he sido de todo. Comencé imaginando que sería un gran escritor. Viviendo en Madrid (no sé exactamente por qué esa ciudad me llama tanto) y con una barba desaliñada. Lo último queda totalmente descartado por mi genética que no me ¿bendijo? con una vellosidad facial prominente. 

En mi mente, he escrito de todo. La historia de un aprendiz de mago que tiene que luchar contra su maestro que termina siendo su padre, y que nunca fue malo sino que había estado siendo poseído por Hades (magia y padres opresores, lo más original del mundo). También una novela que narraba la vida de una joven que perdió la memoria por un choque vehicular, provocando que olvide que quería suicidarse y que tras sufrir ese Alzheimer accidental, termina por enamorarse y queriendo vivir más años. Ahora en retrospectiva siento que son historias de Wattpad. 

Hubo un tiempo en el que también quise ser actor. Ser reconocido por mis comedias y teledramas familiares. Firmar autógrafos, vivir una vida de lujos, mientras gano premios concedidos por mis fans. Sueño que terminó por derrumbarse por mi inseguridad ante cámaras.

Inseguridad que también hizo que se desmoronara el deseo de ser influencer. De vivir una vida de Instagram, posar por aquí, asistir a eventos por allá. Cobrar por menciones. Que grandes marcas me paguen por vestir su ropa y así. Lo clásico. Quise ser Youtuber, Instagramer, y ahora intento ser Tiktoker. 

Sueños raros, locos. Deseos de salir del estatus quo en el que me encuentro. Espero algún día hacer realidad alguno de estos deseos. Porque como dice mi madre: el tren de la juventud ya partió y no volverá. 


 

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